ALCOHOL Y DROGAS, PREVENIR DESDE LA INFANCIA

El verano pasado la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) presentó una campaña en la que hacía hincapié en la cantidad de horas que los adolescentes entre 14 y 18 años pasaban bebiendo alcohol. El resultado fue que hasta 144 horas pasaban consumiendo bebidas alcohólicas. La explicación subyace al hecho de que tantas horas de vacaciones, sin obligaciones ni compromisos, muchos jóvenes encuentran en el alcohol la vía más fácil y rápida para pasar el tiempo.

Este año presentan un estudio Mismas drogas, distintos riesgos. Un ensayo de tipología de jóvenes consumidores en el que hablan, entre otras cosas, acerca de la percepción de riesgo que tienen los jóvenes sobre el consumo de sustancias y las ideas que mayor acuerdo despiertan son del tipo genérico, “en la vida hay que arriesgarse”, “lo importante es el presente y disfrutarlo, lo que tenga que pasar pasará”, “es normal que los jóvenes arriesguen más”. Cuando las ideas les implican personalmente “me gusta…” existe un menor grado de acuerdo.  Además cuando se les pregunta acerca de su postura en relación al consumo de drogas, la idea que mayor acuerdo genera, es “se pueden usar drogas pero hay que tener cuidado con ellas”.

Tras ver estos resultados de ambas campañas, habría que pararse a reflexionar acerca de la visión que tienen los jóvenes acerca de las drogas y los riesgos que conllevan y buscar alternativas para prevenir el consumo tanto de alcohol como otras drogas. En muchas ocasiones la falta de alternativas propicia dicho consumo. La prevención es la mejor vía para evitar los problemas subyacentes al alcoholismo y la drogadicción. Por eso, desde que son pequeños hay que enseñar alternativas de ocio, a gestionarse el tiempo intentando fomentar actividades que les gusten y que les permita desarrollar nuevas habilidades y hacer nuevos amigos.

Es cierto que en España el consumo de alcohol es legal y se produce en el ámbito familiar, por ello, el consumo debe adaptarse a los estándares que indica la Organización Mundial de la Salud y educar a los niños y adolescentes para que sean conscientes del papel que juega en nuestra sociedad y, sobre todo, para que no escape de nuestro control.

                                                                                                                       Laura León
                                                                                               Psicóloga de la Fundación de Salud I.G.